domingo, 25 de mayo de 2014

Néstor Sánchez: entre la literatura y el Trabajo espiritual.

Por Rodrigo Gómez Matus


Seguidor de las enseñanzas de Gurdjieff y de Carlos Castaneda, el escritor vagabundo, autor de novelas que fluyen misteriosamente de la vida misma, fue en cierto sentido un escritor beat argentino. Pero su narrativa fue mucho más lejos de la manera prístina y directa de relatar de Kerouac. Influido por Louis Ferdinand Céline (a quien tradujo) y por Thomas Wolfe, su escritura es un río críptico de la experiencia, una constatación de la "condición efímera" del vivir y de todas las cosas. Sánchez adhería a una escritura poemática, a una "relación intrínseca poesía-prosa".

Sus primeras dos novelas (Nosotros dos y Siberia Blues) funden puntos de vista, descolocan desde el nivel mismo del observador hacia lugares semidesvelados y acciones cuyo agente o punto de inicio de pronto parece ser difícil de ubicar.
 
En estos últimos años se han publicado algunos interesantes libros en torno a Sánchez, como Sobre Sánchez (2012) de Osvaldo Baigorria o El drama sin atenuantes. Conversaciones de Néstor Sánchez y Carlos Riccardo (2012), publicado por este último, y un importante rescate, la compilación de notas de Sánchez publicadas entre 1966 y 1974 reunidas en el libro Ojo de rapiña (Monólogos sobre una experiencia de escritura) (2013). Sobre esta última publicación les dejo el link de un artículo, lo que de paso los llevará a una excelente página dedicada a Sánchez: http://www.nestorsanchezescritor.com/ojo-de-rapi%C3%B1a/la-eternidad-efimera/


(Continuará...)

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