miércoles, 20 de agosto de 2014

La liberación del pensamiento.

Por Rodrigo Gómez M.

Nota: este texto es un artículo-borrador, formato cuya razón de ser ya expliqué anteriormente, pero que básicamente tiene que ver con la liberación de las trabas convencionales que suele propagar una gran cantidad de medios periodísticos, y que pueden influir en textos no noticiosos, características como claridad o concisión por ejemplo, o estrategias textuales de falsa objetividad.



Agrego algunas breves reflexiones relacionadas a la recepción crítica de producciones mediáticas:

- Ser conscientes del apego emocional o pulsional que se produce en nosotros mismos, durante la percepción de los señuelos mediáticos. Debemos conocernos a través de este "poner a prueba" del yo-espectador, entender nuestras propias tendencias representadas en lo simbólico. ¿Cuales son los puntos de mayor atracción? ¿Y cuales los de rechazo?.

- Los segmentos de entretenimiento pueden utilizar determinados personajes de ficción como referentes de opinión. Es una forma más fácil de influenciar modos de vida, de crear hábitos en los espectadores. 

- Los directivos de canales de televisión (ya sean estatales o privados), o quienes deciden en algún grado sobre lo que se emite o no, pueden cumplir una función de agentes políticos, aunque a veces lo realizen de maneras poco conscientes. Actúan en este último caso, como propagadores pasivos de las "redundancias dominantes" (tomando el concepto que emplea Felix Guattari); los podríamos denominar agentes comunicacionales pasivos. Los productos envasados que compra gran parte de los canales del tercer mundo, pueden crear rupturas temáticas con respecto a narrativas locales, inoculando modelos de comportamiento de maneras a veces bastante eficaces. Hay que captar cuales son esos temas reiterados en los productos extranjeros. Principalmente tienen formatos de noticias y series ficcionales de entretenimiento. Ambas producciones son - de diversos modos- orientadas ideológicamente.
A nivel de una recepción activa se puede cuestionar una aparente dicotomía entre creación de historias y transmisión de historias.

- Para la propagación ideológica, suelen ser más efectivas las ficciones de entretenimiento que un determinado conjunto de noticias. Pero hasta cierto punto puede decirse que ambas producciones semióticas conllevan desenlaces direccionados ideológicamente. 

- La trivialidad es un buen medio para influenciar estilos de vida, y es algo que se puede conseguir principalmente por medio de las ficciones televisivas de entretenimiento. 

- Lo noticioso aunque expone precisamente situaciones de ruptura del acontecer "normalizado" o normativizado en el marco de la ciudad, y suele ser percibido como "distanciado"  del ámbito circunstancial propio del espectador, reafirma y refuerza -por contraste- aquellas expectivas de las acciones individuales o colectivas, y las proyecciones de control humano sobre las condiciones peligrosas que depara el azar.

- Para que nos podamos identificar con ciertos roles sociales necesarios para el sistema dominante, se construyen - a través de equipos de guionistas, publicistas, etc. - personajes que representan estereotipos funcionales al contexto cultural dominante.

(Continuará...)